27 de agosto, sábado
¡Malditos roedores! Efectivamente no
hemos dormido na de na. Tengo las
canciones de David Payares grabadas a fuego en el cerebro y hoy tenemos por
delante la etapa más larga de todo el Camino. Pero no vale lamentarse.
Para dejar el albergue hay que llamar
y despertar a la entrañable Marisa porque alguien ha cerrado la puerta con
llave desde fuera y no podemos salir (fallo de seguridad). El ánimo, el buen carácter y la disposición de
la hospitalera relaja la situación y la hace divertida.
Una increíble bajada de 1,6 km hasta
San Miguel del Río nos deja los cuádriceps hechos jirones. Un poco más adelante cruzamos el río y
subimos hasta Santa Marina, pasamos unos portillos, caminamos un par de km y
nos plantamos en Llanos de Somerón donde Toni consigue unas buenas cervezas en
el hogar del pensionista, nuestra casa. Continuamos unos 5 km por carretera sin
tráfico hasta la entrada de Puente los Fierros, luego una intensa subida por
camino a Fresnedo y desde aquí, de nuevo, el espectáculo: precioso y mágico
bosque que, de vez en cuando, nos permite vistas impresionantes a los
valles. Transitamos por este camino
montaraz unos 5 km pasando por la ermita y la fuente de San Miguel, también
junto a algunas casas de labor abandonadas que cubre la maleza hasta llegar a
Herías, en cuyo lavadero nos relajamos un rato, y ahora un descenso vertiginoso
de casi 2 km hacia Campomanes donde almorzaremos.
Cruzando la carretera y el puente
sobre el río Pajares, tomamos a la izquierda un paseo fluvial asfaltado que nos
lleva a la ermita prerrománica de Santa Cristina de Lena (s. IX) ubicada en lo
alto de una colina y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en
1985. Tras la visita y un poco de relax,
descendemos por un camino empedrado hasta las vías del tren y continuamos por
otro camino asfaltado paralelo a la carretera que nos introduce en Pola de Lena
pasando junto al campo de fútbol.
El albergue, ubicado en un edificio
multiusos junto a la estación de tren, es amplio, cómodo y limpio y en él
encontramos al irlandés John y al silencioso italiano con los que vamos
coincidiendo a diario.
Para cenar nos recomiendan el
restaurante-taberna FilanGuiru en la calle Severo Ochoa núm. 6, y para allá nos
dirigimos dando un paseo por el centro de la ciudad. Acierto absoluto. Un
preámbulo cervecero y unas fabes espectaculares con carne de ciervo hacen que
el cansancio desaparezca. Lo malo va a
ser esta noche cuando hagan su efecto, seguro que habrá concierto de vientos
varios.
PINCHANDO EN UNA FOTO PUEDEN VERSE TODAS A MAYOR TAMAÑO
Viernes 26 (ayer) gran verbena. Cagoentoloquesemenea..... |
La muestra de este año para cuando toque la bonoloto |
Ermita de Santa Cristina de Lena |
Fabes con ciervo. ¡Fabulosas! |
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